Olvidamos las tradiciones y las costumbres de antaño, para ser moderno hay que consumir todo lo fast, fast food, fast fashion... Estamos acostumbrados a quererlo todo ya.
Nos acostumbramos a comprar productos que vienen de China e India a precios tan baratos... "si por lo que vale cuando me canse lo tiro"... A lo mejor deberíamos consumir menos, gastar el dinero en lo que realmente necesitamos e invertir en productos de mayor calidad y con mayor valor tradicional, y hacer un poco de terapia grupal o individual en vez de matar nuestras ansiedades y miedos comprando compulsivamente, pero bueno, esto es solo mi opinión.
Afortunadamente unos pocos estamos viviendo una vuelta al gusto por la artesanía y las cosas hechas con calma y cariño, no se muy bien si a causa de la crisis o por estar hasta el moño de vivir una vida de prisas en la que todo viene pre-fabricado o pre-cocinado.
El caso es que muchos de nosotros apostamos por otro estilo de vida más "natural", pero podremos vivir de esto? y sin que nos tachen de burgueses acomodados con vidas bohemias sin grandes responsabilidades?...
Los viejos tienen las manos cansadas y los jóvenes pocas ganas de dedicar su vida a un oficio tan mal remunerado.
"Para poder venderlo hay que hacerlo mal". Tienes que trabajar deprisa, usando la mínima cantidad posible de esparto, trenzando suelto. ¿Quien va a pagar lo que vale esto?, no merece la pena hacerlo para vender!".
¿A que precio puedes vender una cesta de esparto que te lleva dos jornadas de trabajo?, ¿A cuánto cobras tu hora de trabajo como autónomo?.
Pues en estas estamos, perdiendo el saber hacer de tantos años.
Y todo esto viene a raiz de la feria de "lo hecho a mano" que tuvo lugar en Ifepa este fin de semana...
Cestas con hojas de palma y rafia.
Haciendo bolillos!
Trabajando el esparto...
me siento tan identificada con tu post... odio la cultura de la gratuidad y de no valorar las cosas hechas con buen hacer... me encanta el post
ResponderEliminarMuy de acuerdo con tu post. Yo también me pasé por IFEPA este fin de semana y es una pena que no se valore lo artesanal como se debería.
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